Una explosión de sabores y olores particulares inundan el ambiente cuando se deleita una trufa. Una intensidad indescriptible que recuerda a una cata de vino. Podemos disfrutar del olor de una buena trufa fresca y pararnos a detectar cada uno de sus matices: ese toque a tierra mojada, a bosque, a naturaleza…
Por lo tanto es bastante complejo describir el sabor de este manjar, ya que es completamente diferente a cualquier otro alimento que conozcamos. La trufa negra cuenta con más de cincuenta compuestos aromáticos como detalles frutales, los expertos la comparan con cierto gusto a frutos secos como nueces o almendras.
La Tuber Melanosporum, que se recolecta entre los meses de noviembre a marzo y está disponible cada semana en Valle Trufa Mallorca, consigue su punto más álgido en cuanto aroma y sabor cuando está recién recolectada, por eso es importante estar seguros de que compramos trufa fresca.
Este hongo crece bajo tierra junto a las raíces de algunos árboles denominados como truferos y es la estrella de muchos de los platos más selectos del mundo. ¿Y a ti, a qué te sabe la trufa?